Preparación física
El camino, tanto por las distancias como por los diversos trazados, suele ser duro por lo que necesitamos prepararnos también físicamente. Es bueno pensar en ella con una antelación mínima de unos tres meses. La edad y las condiciones físicas personales aconsejarán más o menos tiempo.
El éxito de una buena preparación física está en ir cubriendo cada día distancias más largas hasta conseguir, sin grandes fatigas, recorrer los kilómetros de media diarias que nos hemos trazado en la peregrinación. Es conveniente ir anotando los kilómetros que somos capaces de cubrir en una jornada. Nuestras metas deben ser realistas, comenzando con distancias cortas y no muy ambiciosas, o caeremos en el desánimo.
La frecuencia de las salidas de entrenamiento estará condicionada por nuestras ocupaciones. En principio una salida semanal es suficiente pero debemos ir en progresivo aumento hasta conseguir que al final sea una diaria (en este caso, el número de kilómetros no importa).
Durante el último mes es conveniente salir a entrenar llevando la mochila con su peso previsto. Los músculos de las rodillas y tobillos se fortalecerán y no nos darán disgustos indeseados cuando estemos peregrinando.
La media normal de que suelen cubrir los peregrinos por etapa es de unos 20-25 km día.
Bicis
En cuanto a la preparación para hacer el Camino en bicicleta se deberían seguir los mismos consejos que a pie.
El equipaje debería llevarse en dos alforjas con los pesos repartidos equitativamente. Antes de iniciar el Camino es necesario aprender a realizar las pequeñas reparaciones que podemos necesitar por el Camino, ponerun parche a una rueda pinchada, ajustar frenos y cambios, etc.
La media normal de que suelen cubrir los peregrinos por etapa es de unos 50-75 km día, dependiendo de la zona por la que se transita (llano o montaña).
El equipaje y la indumentaria del peregrino
Nuestro equipaje individual debe estar formado por lo estrictamente necesario. Debemos pensar que lo vamos a tener que cargar durante muchos km. y la experiencia dice que el sobrepeso en la espalda acaba minando nuestras energías y dañando los tobillos y las rodillas. Además, debemos recordar que se trata de vivir la pobreza en esos días. Si va a ir en bicicleta, evite mochilas o peso en la espalda.
El traje del peregrino se ha ido constituyendo a lo largo de los siglos. En un principio se adoptaba la indumentaria de un viajero normal: con manto y túnica corta para el viaje a pie, prenda para protegerse del frío y sombrero de ala ancha para el sol y el agua. Con el transcurrir del tiempo se hicieron clásicos en el peregrino el báculo, la calabaza (que servía de cantimplora), la mochila y la concha de vieira.
Lo imprescindible en el equipaje del peregrino actual sería la mochila (ligera y anatómica), el saco de dormir, esterilla, un poncho para la lluvia que cubra la mochila, una prenda de abrigo, bañador, un neceser con lo más básico para el aseo personal, unas zapatillas de goma para la ducha, un chándal, una pequeña bolsa de plástico con detergente para la colada, un rollo de papel higiénico y un botiquín básico de urgencias (alcohol, gasa, esparadrapo de seda, Betadine, tiritas, crema de protección solar, aguja e hilo para la cura de ampollas, tijeras pequeñas, vaselina, repelente de mosquitos, antihistamínicos -en caso de alergia- y aspirinas).
Es también importante acordarse de llevar una gorra y gafas de sol, un cuaderno de notas y bolígrafo y, sobre todo, el Documento Nacional de Identidad y cartilla de la Seguridad Social. Puede resultar práctico a su vez tener una navaja multiusos, una linterna pequeña, un mechero y un vaso de aluminio u hojalata.
El calzado adecuado será botas de andar o zapatillas de deportes, nunca sin estrenar, sino ya muy puesto y comprobado que no molesta. Se aconseja que abrace el tobillo para evitar esguinces, también que sea impermeable y transpirable para prevenir problemas derivados de la excesiva sudoración. Algunos peregrinos recomiendan ponerse dos pares de calcetines (uno de algodón fino y otro más grueso por encima), pero la mayoría considera suficiente un solo par con el pie de felpa.
Un simple palo redondo a la altura de la persona que lo lleva (bordón) es de gran ayuda y más práctico que un bastón. El sombrero será de gran utilidad, ya que nos va a preservar de los rigores climatológicos.
Acuda a su Centro de Salud, le asesorarán, especialmente si sigue algún tipo de tratamiento o padece algún problema de salud. Las personas con problemas alérgicos deben tener en cuenta la época estacional. Ponga al día su calendario de vacunación, especialmente la vacuna frente al tétanos.
Durante la peregrinación
- Prevenir las quemaduras del sol, usando los primeros días pantalón y camisas largas y, por supuesto, crema protectora. Evite caminar en las horas de más calor, empiece lo más temprano posible.
- Cuidar los pies es esencial. Es frecuente que en los primeros días aparezcan ampollas. Hay que mantenerlas muy limpias y si son muy grandes extraerles el líquido. Es recomendable ducharse después del esfuerzo físico, pero si se hace por la mañana no debe hacerse con agua muy caliente, ya que predispone la piel para rozaduras o ampollas.
- No caminar muy rápido los primeros días, no se fuerce a seguir el ritmo de nadie si no está preparado para ello.
- Ingerir agua frecuentemente, pero asegúrese siempre de que es potable. Tenga mucho cuidado con su alimentación, lave bien la fruta, verdura y hortalizas y consuma siempre mayonesas de tipo industrial. Le ayudará a evitar gastroenteritis.
- No apartarse nunca de las sendas, evite caminar cuando oscurezca y respete las normas de circulación. Si lo hace en bicicleta, recuerde que es obligatorio el uso del casco y del chaleco de alta visibilidad.
- A los que utilicen coche de apoyo se ruega encarecidamente que no se adelanten ocupando las camas de los albergues, provocando que los peregrinos que cargan con sus mochilas no encuentren lugar donde dormir, por supuesto, el conductor no podrá utilizar ni credencial ni la red de albergues. Animamos a colaborar con el donativo/ofrenda del peregrino cuando se les pida, albergues y Oficina de Acogida, de ello depende que se pueda ampliar y mejorar servicios. Quienes accedan al Camino sin intención de peregrinar les rogamos que busquen otros alojamientos por respeto a los peregrinos y a la finalidad de acogida cristiana de los albergues.
Problemas frecuentes de salud
- Agujetas y contracturas musculares: Debemos darle descanso a la zona afectada y reponer líquidos. En caso de que el dolor sea muy intenso podemos tomar paracetamol. Podemos evitarlas calentando antes de empezar a caminar y siguiendo nuestro propio ritmo, sin forzarnos.
- Ampollas y rozaduras: Se pueden evitar utilizando calzado cómodo y transpirable, que no sea nuevo (como antes hemos indicado). Debemos lavarlas con agua fría limpia, y si son grandes, debemos pincharlas con una aguja antes esterilizada y no sacarle nunca la piel.
- Deshidratación: Cuando nos encontramos más cansados de lo normal, con malestar, sequedad…debemos tener cuidado, ya que si se asocia a fiebre y diarrea puede ser grave. Se puede prevenir si evitamos caminar en las horas más calurosas del día y bebemos abundante agua. Se recomienda reposo inmediato, y en caso de pérdida de conciencia o confusión mental, debemos acudir inmediatamente al centro de salud más cercano.
- Esguinces, tendinitis: El reposo es imprescindible y ponerle frío local ayudará a bajar la hinchazón. Es recomendable un analgésico-antiinflamatorio para aliviar el dolor. Acudiremos al médico en caso de que no mejore con el reposo.
- Quemaduras solares: Podremos evitarlas usando sombrero, gafas de sol y protector solar con factor 20 o superior, pero en caso de haberse producido es importante lavar la zona con agua fría, pero sin frotar, y aplicarle abundante crema hidratante. Podemos tomar un analgésico en caso de dolor intenso. Solicitaremos asistencia sanitaria si hay ampollas de gran tamaño o la zona afectada es amplia.
- Picaduras de insectos: Lavaremos la zona sin frotarla y aplicaremos crema Es importante llevar siempre repelente de insectos y evitar perfumes que los atraigan.
- Gastroenteritis: Sus síntomas suelen ser náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea. A veces fiebre y malestar general. Se podría prevenir bebiendo agua potable o envasada, lavando bien las frutas y verduras, así como sus manos antes de comer, y teniendo cuidado de no ingerir alimentos que se degraden en temperatura ambiente. Será necesario el reposo general, y también el digestivo (no comer nada durante 24-30 horas). Iremos reintroduciendo sólidos paulatinamente (evitando los lácteos hasta la curación) y es también importante la rehidratación (solución comercial 2-3 litros cada 24 horas). Se debe acudir al centro de salud en caso de vómitos incontrolables o de que no haya mejora.
- Hongos: Para evitarlos es importante usar siempre las sandalias de goma en la ducha y secar bien los pies. En caso de contagio extremaremos la higiene personal.
Vídeo: Consejos para hacer El Camino
Adriano López Vázquez, popularmente conocido como Cándido, ofrece soluciones a los peregrinos que se ven en algún apuro. Aquí van algunos consejos y trucos para recorrer el Camino de Santiago.
Fuente: Oficina del Peregrino