Siempre te estamos dando consejos sobre qué hacer, qué llevar, por donde ir, cuándo ir… Pero pocas veces te decimos qué evitar o qué, definitivamente, no hacer en tu experiencia del Camino de Santiago.
Hoy hemos pensado en lo importante que es también que te digas qué debes omitir y vamos a hacerte un pequeño listado de aquello que se nos ha ocurrido y planteado como más importante.
No lleves cosas innecesarias
Y dirás, ¡vaya tontería! Pues no, habitualmente vemos como los peregrinos se arrepienten de haber cargado con cosas como el secador de pelo, la afeitadora o demasiadas mudas.
Tienes que cambiar el chip. Aunque muchas de esas cosas las utilices en tus rutinas del día a día, aquí tienes que llevarlas a cuestas de un lado a otro y, te aseguramos, que no son tan imprescindibles como crees.
Además del peso, hay otras razones por las que dejar este tipo de accesorios en casa como, por ejemplo, no perderlos, golpearlos, estropearlos…
No quieras ser el primero, pero tampoco el último
Adapta las etapas a tu condición física. No quieras ser el primero, pues podrías haber disfrutado más de la aventura o haber aprovechado para llegar al siguiente punto en el mapa.
Pero tampoco seas el último, y con esto nos referimos a que no hagas etapas por encima de tus posibilidades. En primer lugar, porque el cansancio se irá sumando día a día y no pierdas de vista que tu objetivo es llegar a la catedral (no importa el tiempo que eso te lleve). En segundo lugar, porque puedes provocar una lesión inesperada o llenarte los pies de ampollas.
También es importante que elijas la ruta que sea más adecuada a tu condición física. Hay algunas muy exigentes y otras mucho más llevaderas. Infórmate de esto antes de hacer la programación.
No estrenes calzado
Ni calcetines. Te arriesgas a sufrir dolor de pies, ampollas o rozaduras que lleguen, incluso, a impedirte continuar.
Cuanto más hayas utilizado las zapatillas que te acompañen hasta la catedral, mejor. Y lo mismo con los calcetines.
Tampoco es buena idea estrenar ropa, no sabes si te resultará cómoda, si te rozará, si te abrigará de más o de menos…
Siempre, siempre, llena tu mochila de prendas que conozcas y sepas cómo te sientan y en qué condiciones podrás usarlas de manera cómoda.
No salgas sin haber organizado bien tus pasos
Saber cuántas días te llevará la experiencia, en cuántas etapas la recorrerás, cuáles son los alojamientos en los que te quedarás a dormir o dónde puedes comer el imprescindible para no llevarte sorpresas.
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