Hoy es una noche especial para todos, pero sobre todo para los más pequeños. Hoy esperan con ansia a que Melchor, Gaspar y Baltasar lleguen a casa cargados de regalos y dejen al lado de sus zapatos los paquetes que esconden sus solicitados deseos. Eso sí, no sin antes dejar dulces y bebida bajo el árbol para ellos y sus camellos.
Muchas semanas previas eligiendo qué pedir y escribiendo la carta con esmero para que la noche del 5 al 6 de enero haga su magia y…¡tachán! Esa mañana suelen madrugar. La emoción no les permite dormir hasta más tarde y, entonces, niños y mayores se disponen a abrir sus regalos.
Pero, ¿de dónde viene esa tradición?
Pues se trata de una tradición que no se extiende por demasiados países como sí ocurre con Papá Noel. Procede de la Biblia y se hace alusión a ellos el Evangelio de San Mateo.
En dicho evangelio se cuenta que fueron guiados por una estrella desde Oriente, para adorar al niño Jesús. Y cuenta también que Herodes, al enterarse les hizo prometer que una vez que encontrasen al niño se lo comunicarían para que pudiera él también pudiera hacer lo propio.
Los reyes encontraron al niño en un establo en Belén, junto a sus padres, le entregaron oro, incienso y mirra y, en ese lugar, un ángel les avisó de que el único propósito que realmente tenía Herodes era acabar con la vida del niño.
Hemos querido informarnos un poco más acerca de esta historia, ya que en la Biblia no se hace más mención a Melchor, Gaspar y Baltasar y, gracias a algunas revistas de historia, hemos podido saber que es en los Evangelios Apócrifos donde se les nombra más. De ellos se puede deducir que eran astrólogos y que su origen tal y como lo concebimos hoy en día procede de la Edad Media.
Lo que en la actualidad es ese día tan especial en el que los mayores vuelven a ser niños y los niños elevan sus emociones al máximo exponente.
¡Feliz Día de Reyes! Y disfruta del roscón